Muchos son los amantes del senderismo de montaña que, curiosos por vivir nuevas aventuras, se acercan año tras año, hasta la Serra de Tramuntana, en busca del atractivo que ofrece este fascinante paisaje. No es de extrañar ya que su geografía forma parte del Patrimonio de la Humanidad, protegido por la UNESCO, y ha sido reconocida en numerosas ocasiones por ofrecer fantásticas vistas a la costa mediterránea, así como por los pintorescos pueblos que la conforman.
Su paisaje, que se extiende a lo largo de unos 90 km, recorre unos 20 municipios entre los que se encuentran Calvià, Pollença o Escorca. A lo largo de su plano descubriremos, además, varias cimas que superan los 1.000 m, entre las que se alza el Puig Major, punto más elevado de la isla de Mallorca y de las Baleares, con 1.445 metros de altitud.
La Serra, que ha sido destacada como Espacio Natural Protegido y declarada paraje Natural en 2007, comprende además ecosistemas de vegetación típica de la zona e incluye especies únicas en el mundo, y algunas plantas endémicas. A ello se suman las praderas de Posidonia oceánica, destacables por su belleza y buen estado de conservación, presentes en el litoral de la Serra.




Muchas son las obras de artistas que han encontrado la inspiración en esta alineación montañosa, un paisaje cultural que a lo largo de la historia ha impulsado el intercambio de conocimiento entre culturas. Su diversidad de paisajes propicia, a su vez, una amplia cantidad de itinerarios en los que se descubren espacios forestales formados por pinares, encinas, carrizales y otras especies. Algunas de estas rutas son la del tren de Sóller, la de Piedra en Seco, o la ruta de Puig de Galatzó, cuyo pico está considerado como uno de los mejores miradores de la isla.